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Tomo como análisis el artículo de Alejandro Piscitelli (0), “La web como ecosistema virtuoso/vicioso” que a mi entender es un aporte diferente, moderno y útil para comprender el desarrollo y el crecimiento exponencial de la Red (1).


Hago alusión a la web (2) – creación de Tim Berners-Lee - como la cara visible de Internet, esa interfaz amigable compuesta de un tramado de hipertextos y/o hipermedios que fue evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy, un entorno que se reinventa constantemente y en donde confluyen nuevas formas de comunicación e interacción social, de expresión y producción oral, escrita, imágenes fijas y en movimiento, colores y sonidos conectados desde cualquier lugar; y como revela Piscitelli, “…una pantalla convertida en un nuevo soporte intelectual… de nuevas y divertidas formas de enseñar, aprender, comprar, vender, ver, oír, entretener y aburrir”.


Él la asume como “…un ecosistema informacional gigantesco que puede ser utilizado como laboratorio físico (y metafísico) para testear el comportamiento humano y la interacción social. Porque contrariamente a nuestras expectativas -y a pesar de su enorme tamaño- la red exhibe regularidades y patrones, y si bien los buscadores son ciegos a una parte significativa de la misma, ello no impide imaginar usos más inteligentes…”.


Esto me lleva a pensar la web, teniendo en cuenta el significado de ecosistema (3), como un “cerebro colectivo”, en el que cada componente de ese hábitat “colabora” para la formalización y distribución del conocimiento y los servicios o herramientas disponibles a lo largo de una red global distribuída.


El autor postula “…dos principios evolutivos de los medios de comunicación… El primero es que con cada nuevo avance tecnológico se gana mucho y se pierde también bastante. El segundo es que los nuevos medios generalmente recuperan elementos de la comunicación natural (biológica) eclipsados por los medios primitivos anteriores…”


Al considerar los orígenes de Internet no puedo dejar de mencionar a Paul Barán a quién, en 1959 la Rand Corporation, le ofreció diseñar un sistema de comunicaciones que fuera capaz de detener un presunto ataque nuclear soviético.

Así Barán, inventó un sistema de comunicaciones totalmente distinto al existente y analizó los modelos dominantes en la época encontrando tres tipos de organizaciones de redes a los que denominó centralizado, descentralizado y distribuido. Descartó a las dos primeras configuraciones, debido al alto grado de vulnerabilidad. También propuso la creación de un sistema de comunicación digital, apto en descomponer los mensajes en pequeños paquetes de información para viajar independientemente uno de los otros en la red.


Las ideas de Barán no tuvieron éxito “…ante la oposición combinada del pensamiento centralizado de los militares y de las prácticas monopólicas de la industria, y sólo serían valoradas casi una década más tarde cuando ARPA las desarrollara por su propia cuenta para (re)-descubrir imprevistamente, que sólo habían llegado 10 años más tarde al mismo lugar…”

De este modo, Internet recién en 1965/1966 comenzó a preocupar, cuando Bob Taylor el director de los programas de computación de ARPA encontró que las distintas redes de computadoras existentes eran incapaces de comunicarse entre sí.


Divisado el problema trataron de solucionarlo creando un protocolo capaz de interconectar máquinas hasta ese momento mudas o dueñas de un dialecto propio, y de la mano de un grupo de investigadores ingleses comandados por Donald Davis, redescubrieron las principales ideas y enseñanzas de Barán.


Dejando de lado su devenir histórico, es preciso conocer la topología (arquitectura espacial) de la red para diseñar herramientas o servicios que corran eficazmente sobre ella.

Haciendo alusión a la topología actual, Piscitelli advierte que “…aunque de Internet hay miles de mapas no existe EL MAPA de la red… Nadie sabe exactamente qué forma tiene la red, y por más que permanentemente se la patrulla y se la fotografía, se la ausculta y se la mide, sus contornos son borrosos y sus centros son difícilmente localizables y discernibles.”


Cualquiera se "enchufa" a la red. Y si alguien decidiera cerrarla, lo único que lograría es aislar una porción de la misma. Debido a su naturaleza distribuida, descentralizada y localmente aislada que la vuelve inmune a cualquier ataque, y al mismo tiempo la hace tan difícil de retratarla y aislarla.

Piscitelli, muestra hoy a la web como un “desastre exitoso” debido al auge impresionante entre sus millones de usuarios que la adoptan, antes de que su diseño o funcionalidad esté estabilizada.


Internet tiene una vida propia y de su uso o análisis se desprende que se semeja más a una célula que a un chip.

El autor pone en resonancia algunas dimensiones o variables para comprender la dinámica y evolución de la red: “…reconocimiento, conexión preferencial, dependencia de la distancia y estructura fractal subyacente.”

  • La red de routers que corona Internet es de libre escala. Los modelos de la red que imaginaban su crecimiento en forma aleatoria estaban profunda y definitivamente equivocados.

  • La conexión preferencial (preferential attachment). En donde suma importancia el ancho de banda del nodo. Y no siempre es más económico conectarnos con un router cercano pero pobre en bits que con uno lejano pero mucho más rico en ellos, siendo éstos últimos los que más conexiones atraen.

  • La dependencia de la distancia también importa. Hay más routers donde hay más demanda de ellos.

  • La red muestra una “estructura fractal subyacente” compuesta por objetos autosemejantes conformando una red.

Si alguna de estas variables desbandara, podría destruir la red. Pero maravillosamente estas cuatro características interactúan entre sí eliminando cualquier inestabilidad y concibiendo una Red a libre escala.

Pienso a Internet como una tecnología que crece exponencialmente, reinventándose constantemente y revolucionando nuestros modos de vida, pero somos nosotros, los usuarios, los verdaderos artífices que sustentan este círculo virtuoso/vicioso y que depende exclusivamente del uso/abuso que hagamos de ella.


Atendiendo a la devolución de la especialista puedo agregar, que desde mi práctica profesional, siento la necesidad de continuar experimentando diversas estrategias de enseñanza que se vean favorecidas por las potencialidades del trabajo colaborativo, que estimulen el aprendizaje y el trabajo en conexión. Dando paso de la producción individual hacia la producción colectiva/colaborativa enriquecida a partir de nuevas herramientas digitales como blogs, wikis, bases de datos, sindicación de contenidos, software social, etc. Compartiendo e intercambiando, con los alumnos, diversos recursos de la red para que a partir de ellos, puedan generar producciones propias.


Bibliografía:

(0) Piscitelli, Alejandro. "La Web como ecosistema virtuoso/vicioso". Disponible en: http://www.cibersociedad.net/congres2004/grups/fitxacom_publica2.php?grup=99&id=676&idioma=es

Notas
(1) Para este análisis considero al término Red como sinónimo de Internet, que según http://es.wikipedia.org/wiki/Internet, es un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas, que utilizan la familia de protocolos TCP/IP, garantizando que las redes físicas heterogéneas que la componen funcionen como una red lógica única, de alcance mundial.
(2) Uno de los servicios que más éxito ha tenido en Internet ha sido la World Wide Web (WWW, o "la Web"), hasta tal punto que es habitual la confusión entre ambos términos. La WWW es un conjunto de protocolos que permite, de forma sencilla, la consulta remota de archivos de
hipertexto. Ésta fue un desarrollo posterior (1990) y utiliza Internet como medio de transmisión. http://es.wikipedia.org/wiki/Internet.
(3) Ecosistema: es un sistema natural vivo que está formado por un conjunto de organismos vivos (biocenosis) y el medio físico en donde se relacionan, biotopo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ecosistema.


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